Con motivo del Día Internacional de la Matrona, que se celebra cada 5 de mayo, conocemos desde dentro dicha profesión a través de Laura Montañez, una de las matronas del Hospital Universitario Costa del Sol
Cuando Laura decidió ser matrona no sabía que su vida iba a dar un giro de 180 grados. Nunca había presenciado un parto y no imaginaba lo que era ser parte de uno de los momentos más importantes de la vida de una persona; el nacimiento de su hijo. Al terminar la carrera de Enfermería y con algo de experiencia laboral, Laura se sentía estancada por la poca oferta laboral, así que decidió realizar una especialización en obstetricia y ginecología. Como resultado, se enamoró de la profesión. Cuando una enfermera se quiere convertir en matrona, debe realizar un examen a nivel nacional. Solo las personas con mejores notas llegan a ser elegidas para estudiar la especialidad de Enfermería Obstétrico Ginecológica. Esta dura dos años y se realiza en un hospital de unidad docente contando con un componente teórico y práctico. Es la única especialidad que no se puede ejercer sin título, debido a su naturaleza tan específica.
Laura inicia su jornada en la unidad de obstetricia, donde llegan las mujeres que vienen de emergencias o con citas programadas para su trabajo de parto y allí empieza el acompañamiento. Si llega algún caso complicado, por ejemplo, cuando corre riesgo la vida de la mamá o el bebé, se remite a ginecología. La mayoría de los casos salen bien; a las madres se les da la opción de que le inyecten epidural u otro tipo de cuidado. Al llegar el momento de dar a luz, la madre es transferida al paritorio, donde solo puede entrar a quirófano la matrona, es decir, un profesional de enfermería especializado en obstetricia y ginecología, ya que son los únicos que saben cómo explorar a las mujeres y atender partos.
El turno de una matrona dura 12 horas (diario y nocturno) ¿un poco largo, no? Bueno, esto tiene la finalidad de realizar un mejor seguimiento de cada paciente y que se realice el parto con el mismo profesional que ingresa a ser posible. Por turno hay una media de 4 o 5 matronas en la unidad, quienes atienden, dependiendo la época, de 5 a 7 partos al día. “Creamos mucho vínculo con ellas y sus acompañantes, si nos vamos antes de su parto algunas pueden llegar a sentirse abandonadas o con miedo”, explica Laura. A decir verdad, la realidad de las matronas en sus primeros años de carrera es dura, pero es una profesión que enamora, según Laura: “el hecho de acompañar a una pareja en un momento vital tan importante es un privilegio”, pero a la vez se tiene “muchísima responsabilidad, ya que de su labor dependen la vida de dos personas. Cuando sale todo bien, dar la bienvenida al mundo a un bebé es muy gratificante”.
En la actualidad, la unidad obstétrica del Hospital Universitario Costa del Sol es muy querida por las madres que requieren un ambiente humanitario y cercano, ya que nuestro hospital se diferencia por la amabilidad y calidez de su personal. Laura Montañez se desempeña como matrona en el Hospital Universitario Costa del Sol y gracias a ella podemos conocer más de cerca su profesión.